lunes, 20 de octubre de 2008

Architecture in helsinki


EL JUEGO MINERAL DE LOS CANGUROS

Podría caminar sonámbulo por las calles de la capital finlandesa, para tratar de comprender el lenguaje de las distintas formas arquitectónicas, y saber, entonces, cuales fueron las fuentes de inspiración de la banda. Podría hacerlo durante horas. Pero no. Todo esfuerzo seria en vano. Porque este sexteto no tiene nada que ver, al menos en apariencia, con las costumbres, con la cultura de los países nórdicos.
Me convendría, en cambio, empezar a buscar por Melbourne, Australia. El lugar de origen de estos jóvenes innovadores de la música de los últimos años.
En principio no fue tanto el sonido lo que me atrapo, sino más bien el nombre: ¿Yo? Un etimólogo del viento envasado al vacío.
Cuando fui a comprar algo del grupo a una disquería del centro, me miraron con cara de:

- Disculpe señor usted debe estar buscando un manual de arquitectura escandinava. Siga por calle siete, derechito. Le recuerdo que acá solo se venden discos.

Por un motivo que creo no desconocer, me parecería adecuado hacer referencia al titulo del cuento "Viaje a la semilla" de Alejo Carpentier, para tratar de descubrir la esencia de estos músicos que solo tienen en su haber solo dos títulos (ahora son tres).
Me gustaría que se les prestara atención, porque quizás ya estén haciendo historia, sin saberlo.
El retorno al origen, su carácter primigenio, tiene que ver con un tipo de regresión a la infancia.
Algunas palabras surgidas por asociación libre:
Dada, minimalismo, cubismo, transparencia, ¿Sobriedad?, Oriente, Occidente, juntos.
En cuanto a la música en particular, los Architecture sobresalen por una alegre inclusión de la electrónica, por sobre instrumentos de base perceptiblemente analógicos. Una gran fabrica de juguetes, fortificada con proteínas, vitaminas y minerales.
Limpieza de oídos a domicilio.
Cuando escuchamos los discos, nos queda la impresión de que cada sonido esta puesto en el lugar justo. No hay sobreabundancia, ni demasiadas superposiciones que generen distorsión, confusión (a pesar de la variedad de los instrumentos)
¡Los Arquitectura en Helsinki son definitivamente un grupo antiniebla revestido de inocencia!

Vuelo Lacio

Fingers Crossed (2004) comprende un paisaje de armonías que conducen a un estado prenatal, endógeno. Aquí, hay una clara alusión a la estética oriental de chinos y japoneses y en especial al anime, o sea a los dibujitos no desanimados.
En este vuelco interno predomina la tranquilidad y la suavidad de las voces. Con coros pensados para acompañar la fluidez, la métrica sencilla, en general, de las canciones. Nunca se me hubiera ocurrido inaugurar Dedos cruzados con un piano y un pegadizo sintetizador de los años 80, secundado por aplausos rítmicos, bocinas y panderetas. Entonces pienso en One heavy Frebuary como una nube movediza de autitos de colección desodorados. También hay lugar para un charlestón bailado en cámara lenta, mientras cae una llovizna de visones de juguete, numerados con nombre y apellido. Esto es Scissor paper rock.
Toc-Toc. Un toc-toc antológico puede ser escuchado en Spring 2008 a modo de anticipo. A esta altura estoy tirado en un Chaise Longue haciendo malabares con rombos tornasolados. De nuevo hay destellos de una impronta japonesa.
De repente las puertas de la juguetería se abren e improvisamos con sonidos de voces, burbujas y chistidos. Una canción para niños que de manera intempestiva, deciden participar del emprendimiento. The owls go dice el cartel luminoso de este negocio (infante) que se reabre.
En Vanishing aparecen las contracciones. Es menester inhalar y exhalar porque se anuncia el parto. Luz que será representada dos años después con In case we die (2006).


Retrato de notas musicales que no juegan al rugby

El segundo disco es una inequívoca propuesta de educación orquestal, de coordinación, de ensamble. De este modo estamos ante la presencia de un estadío que supera al anterior. Delineando una zona de natalidad, de expulsión. Un trabajo exógeno que celebra el nacimiento. ¡Y que mejor manera de hacerlo que llevando a cabo una fiesta!
¡Alegría! ¡El recién nacido ya asoma la cabeza!
En Nevereverdid las campanas de una iglesia señalan el comienzo de la liturgia australiana. Una cantante lírica y un soprano intentan despistarnos, dando muestras de pura ortodoxia. Pero de a poco el clima va tomando otra temperatura, hasta adquirir la euforia de chicos embadurnados con crema pastelera.
Para bailar no queda otra que adosarse a It’s 5, poseedora de una dinámica casi matemática para la pista. Lo mismo sucede con Do the whirlwind. Parece que a los australianos les gusto esto del pasito escalonado en la zona de baile.
¿Quién no desearía ser elegido para entrar a un cartoon a través de la pantalla de la teve? Los tocados por la varita son una patota de niños que corean Tiny painting con jocosidad, pero sin perder su costado mas cercano a las vísceras.
¡Atentos! Estén listos para ser atrapados por la epopeya oculta en In case we die (part1-4).
Y si. Estos pibes parece que todo pueden hacerlo. Hasta componer un reggae en un paisaje glacial rebozado de pureza e interpretarlo, probablemente, en un Bungalow de la costa de la isla de los canguros. Con un gran salto. En una bolsa pegajosa llamada Rendesvous potrero hill.
Escuchar a los Architecture, es como tomar un vaso fresco de agua mineral y quedar totalmente embriagado.
¿Digresivo?
Mmm…
¡Picollo mondo!
Alguien dijo algo así como que “La arquitectura es poesía congelada”