domingo, 23 de diciembre de 2007

Clap your hands say yeah!



PLAP PLAP PLAP PLAP PLAP PLAP PLAP

Investigadores de una prestigiosa universidad, determinaron que los caminos de la independencia musical suelen ser de los más ingratos.
También señalaron que la escasez de recursos, la falta de un dispositivo de promoción diseñado en exclusivo para llegar a una audiencia de masas, sumado a la falta de creatividad de estos músicos (del costado del camino), son los principales motivos por cuales nunca podrán alcanzar la fama y el prestigio.
Además…
-¡Momento!
-El ingenio y el ímpetu de la juventud, siempre será un recurso renovable.

En este sentido, la banda neoyorkina Clap your hands say yeah! Supo ver en la tecnología un arma de resistencia cultural, contra los grandes e inalcanzables sellos discográficos. Todo esto mediante el patrocinio de numerosos blogs, junto con la posibilidad de descargar el disco debut gratis, antes de que sea editado por V2 Records.
Y si… porque a fin de cuentas, bajar discos no es más que una de las tantas formas de acceso y democratización de la cultura.


Tostada crocante sabor naranja

Clap your hands say yeah! (2005), disco homónimo del grupo, se destaca por su honestidad, por su corte directo. Una avalancha de canciones pegadizas, digeribles, de fácil absorción, como la pasta. La ingenuidad y la simpleza del inicio.
Pero por la consistencia del álbum, podría anotarse en la pizarra del bowling algo así como doce bolos al suelo.
¡Bienvenidos al circo más extravagante del mundo! Decenas de malabaristas a bordo de una furgoneta sublingual, domadores domados por tigres de bengala (de peluche y a cuerda). Todos sobre una manta persa de voces sesgadas por el gospel.
¡Si, señores!
El mono baila aunque no le paguen.
Comienza el disco escurriendo energía por todos lados. ¡Bienvenidos! (parece querer decir)
Clap your hands! Primera función. Clap, clap. Orbita y desorbita.
En la olla que haya recomiendo buscar Let the cool goddes rust away y rememorar el don vocal del legendario Tom Verlaine de Televisión. Saltarín impulso de una pandereta.
Por la puerta de entrada nos llega Over and over again, con cristales a pique subiendo del mar al cielo (mar bueno, bandera azul, creo).
¿Y si alguien te vendiera a mitad de precio un dosificador de gotitas oftalmológicas?
Pagaría en efectivo para que sonara la sensible Details of the war. Los ojos rojos. Para lagrimear a escondidas, claro. (Detalle contemporáneo). Es un registro documental del campo bélico, traducido a notas musicales.
Para cualquier cumpleaños o aniversario se podría volver a regalar la clásica cajita musical, con una bailarina girando y luciendo un vestido confeccionado con forma de árbol navideño. Dando vueltas,claro, alrededor de Sunshine and clouds and everything proud.

-¡La visión es sonido!


La pequeña tristeza que nos ha dejado instalada In this home on ice, se desintegra con un inquieto ska de oro 24 kilates, que se vende en joyerías exclusivas y cuya marca es Upon this tidal wave of young blood.


Algunas cabelleras no necesitan peinado

El segundo trabajo, Some loud thunder (2007) propone una estética desprolija, cuidadosamente elaborada. Es, por cierto, un álbum de estudio más experimental, retórico. De modo que se hace necesario indagar en las múltiples escuchas, para poder correr el velo misterioso que lo envuelve, para poder atrapar algunos de sus sentidos.
Entonces pasamos de un disco enérgico, juvenil, a la confección de un Some loud... con sonido precario en apariencia, con algunas frituras e imperfecciones.
El nuevo álbum se singulariza por la no-ansiedad, por ser en alguna medida, impasible. Por trabajar para la música en si misma, para ahondar en su lenguaje, en sus modos de comunicación. Un cocinero desprevenido diría que los temas no están al dente. Un critico en cambio, que la hornalla siguió prendida, para lograr un pegoteo sorprendente de las canciones.
Transmitida por amplitud modulada, la canción que abre Some... conjuga la cinética con el relajo. O sea para bailar con un vaso en la mano.
También vi una pintada. Ahí decía que Emily jean stock sorteaba un par de entradas para volar en parapente.
No dejo de poner atención en las geniales intervenciones de la batería, a veces, intempestiva.

-Esperen un poco, ¡Todavía no!

Some Loud Thunder (2007) incluye arreglos con su aporte de extrañeza, adornos psicodélicos (me suena la palabra) a diferencia del primer disco. Hay coros beatlescos en algunos momentos, y hasta un acordeón que reparte sutiles aires balcánicos.
¡Impresionante! Encandilan también, Love song no. 7, Upon encountering the crippled elefhant y Underwater (you and me).

-¿Suena más ingles?
-No se.

¡Ahora si! Aplausos...
Cualquier diferencia con la realidad no es pura coincidencia.
¡Felices fiestas!