EL ULTIMO QUE LLEGA PRENDE LA LUZ
Hace algunos años escuche hablar de un tal Merrit. De su inagotable capacidad creadora. De sus múltiples y multanimes bandas. Era obvio. Su nombre no paraba de circular en el (in) visible mundo de la música.
The Magnetic Fields parece trabajar sobre un estado de la oscuridad fluorescente, casi luminoso. En algunos casos transforma la angustia y las tribulaciones del hombre, en pura bondad, manifiesta a través de las canciones.
La impresión inicial es desconcertante porque estamos frente a un microcosmos sonoro insospechable.
La singularidad de los discos nos aparta del espacio y tiempo actuales, para transportarnos a un campo anacrónico.
No seria tan desatinado decir que Los campos magnéticos, es un grupo amnésico de sus contemporáneos. Por eso no sabemos en que lugar de la historia ubicarlo. Porque Sthepen Merrit traza su propio espacio paralelo.
Su voz carga por un lado con un bagaje de monotonía y retraimiento que la convierten en una manifestación semi-automática. Fácilmente podría ser un actor de Robert Bresson, que en vez de actuar, despojado de toda experiencia dramática, cantara. Por otra parte y casi rozando el límite de la contradicción, tenemos a un Merrit que se vuelve más lírico y expresivo, con una teatralidad a cuestas que subraya el lado más kistch de la banda.
Por su variedad de componentes, con sonidos viejos superpuestos provenientes de sintetizadores llenos de polvo, puede resultar tan barroca y atractiva como una porción de torta húngara.
Y al final, después de todo, The Magnetic Fields nos deja una puerta abierta, un silbido de confianza. Porque con su tímida alegría no logra que desaparezca la angustia. Pero si nos incita a buscar en nosotros mismos para saber como evitarla.
Es la primera vez que vengo a esta playa
(…) Primero quedamos en que Holiday iba a estar listo en una semana. Cuando llego la hora…
-El ploglama lento, lento… no responde- me decía el chino de vestimenta occidental que había instalado el cyber en diagonal 80.
- ¿En diez o quince días le parece?
- Palece, palece… no entende.
- El disco de Magnetic fields ¿se acuerda?
- Ahh, malnetic, si (el olor a incienso me estaba quemando los pulmones)
Pasaron los días y la agilidad tecnológica oriental comenzaba a desmitificarse.
-¿No esta? Bueno…
- Ploglama lento, lento
- El Tao, el Tao, Lao Tse (ahora me entiende) Chau nos vemos -le digo-.
Hasta que di con el sitio indicado pasaron algunos días. ¿El lugar? Un sombrío espacio de alfombras deshechas ubicado en calle 56. Cualquier disco por extraño que sea, podía ser bajado allí a un módico precio.
Que bueno es volver a los años ’20 sin moverse del lugar, sin salir de la vieja poltrona. BBC Radiophonic Workshop es puro sonido. Arranca Holiday con una introducción-cóctel para una Josephine Baker computarizada.
A ver. Existen dos tipos de rarezas musicales. Aquellas que, por decirlo de algún modo, viven dentro de un ecosistema determinado y las que sobreviven fuera. Strange powers, al igual que su video, parece pertenecer a la segunda porque te deja sin reacción, perplejo.
La cuestión del Quid.
Desert island suena como si estuviera tocada en vivo y con desperfectos en los cables, en el tablero, en los instrumentos. O como si la escucharas desde una terraza ubicada a media cuadra del teatro en donde los magnéticos están rodando. Un efecto bullicioso, una meseta confusa para una melodía adhesiva y tonificante.
Nueva York y Londres se unen para dar vida a dos temas tapizados con algodones similares a nubes naranjas, azules y verdes. Una panorámica especial para cuando atardece y un robot tan sensible como la región del imán que atrae a las partículas de hierro. Las magnetitas son Tom green velvet eyes y The flowers she sent and the flowers she say she sent.
Encontré en un bolsón tres tapes y un par de polainas con perfume de los años ’80. Arriba del escenario un grupo de gimnastas, recrean Deep sea diving suit y Swingin London, animados por el espíritu, porque no, de Luigi Pirandello.
Holiday (1993) siempre nos hace volver para deleitarnos con “Poderes extraños”. Casi de la misma forma en que The pleasure of principle (1979) de Gary Numan, nos arrastraría para pegarnos a Cars. Aunque después nos demos cuenta de que hay mas fruta abrillantada detrás de estas canciones poderosas.
Nada mejor que un par de zancos
No hay hormigas en el postre. Con Get lost (1995) Merrit parece haber cruzado la gran agua. El disco es elegido por la crítica especializada como la mejor producción independiente de ese año.
Las canciones están más pulidas, mejor codificadas. Digamos que podría ser la mejor carta de presentación de grupo (un sonido más limpio, con más aire, aire plumífero). Hay un guiño sutil hacia el público, una mirada cómplice. Por eso entramos sin inconvenientes a la fiesta (parece que ahora estamos anotados en la lista de invitados).
Si querés ser famoso y experimentar el trajín diario de una estrella del under, subite a Famous. La parada y el destino corren por tu cuenta.
Ayer se produjo un aterrizaje voluntario en la luna para experimentar el néctar de la creación, después de haber concretado un proyecto que comenzó siendo algo difuso.
- “Con destino a la tierra parte del anden numero 5…”
Una azafata ¿francesa? Nos recuerda que la estadía en la grandiosa estrella ha finalizado.
-Ya subo, un minuto más…
-Smoke and Mirrors, me dice.
Justo ahí, como si no tuviera control de mi cuerpo, experimento una ascensión muy especial. En medio de espirales de varios colores, veo como una cantidad tonélica de papel picado (Plateado) va cayendo desde la boca de algún planeta, ubicado por encima de mi cabeza.
¡Canción cenit!
Claro que lo es.
Anoto en una libretita de 50 centavos Save the secret for the moon. Hago movimientos con los brazos. Son las 4 a.m. Estoy flotando.
Cuando una hélice se enciende, es verano y el mono fásico trepa por las lianas.
-¿A sí?
-Claro, respondo. No ve que esta sonando Love ligther than air.
-Yo no escucho nada.
… y yo me impregno de una alegría triste, fluorescente.
Me olvide algo. ¿eh? Si. En 1993 la banda edita un disco mortecino, críptico.
Su nombre es The charm of the highway strip. Es el primer Road álbum que haya conocido hasta el momento.
Hay algo que me hace pensar en una conexión con el film Carretera perdida de David Lynch. No se.
Durante cada canción percibo algunos destellos. Rapidísimos. Y otra vez a oscuras. Son las luces delanteras de los vehículos que pasan a más de 200 Km. por hora.
¿Qué mas queda?. Reparar en pequeñas obras maestras como Lonely highway, Born in a train, I have the moon y Two characters in search of a country song. Distintos poblados intermedios, distintas ciudades. “Los autos sufren cuando los días cuajan”, susurro al volante.
Botiquín
Alguna vez dije que el disco triple 69 love songs (2000), me parecía el mejor trabajo de la historia de la música.
-¿No le parece a usted demasiado exagerado?
-Mmm, no. Todavía lo sigo sosteniendo señor antifaz.
En las sesenta y nueve posibilidades del amor no se registra ninguna similitud, excepto una única palabra. Cuatro letras. Porque para el asombro de todos nosotros, cada canción es muy distinta de la otra.
La genialidad en la cúspide. La independencia siempre va pegada a la imaginación.
The Magnetic Fields parece trabajar sobre un estado de la oscuridad fluorescente, casi luminoso. En algunos casos transforma la angustia y las tribulaciones del hombre, en pura bondad, manifiesta a través de las canciones.
La impresión inicial es desconcertante porque estamos frente a un microcosmos sonoro insospechable.
La singularidad de los discos nos aparta del espacio y tiempo actuales, para transportarnos a un campo anacrónico.
No seria tan desatinado decir que Los campos magnéticos, es un grupo amnésico de sus contemporáneos. Por eso no sabemos en que lugar de la historia ubicarlo. Porque Sthepen Merrit traza su propio espacio paralelo.
Su voz carga por un lado con un bagaje de monotonía y retraimiento que la convierten en una manifestación semi-automática. Fácilmente podría ser un actor de Robert Bresson, que en vez de actuar, despojado de toda experiencia dramática, cantara. Por otra parte y casi rozando el límite de la contradicción, tenemos a un Merrit que se vuelve más lírico y expresivo, con una teatralidad a cuestas que subraya el lado más kistch de la banda.
Por su variedad de componentes, con sonidos viejos superpuestos provenientes de sintetizadores llenos de polvo, puede resultar tan barroca y atractiva como una porción de torta húngara.
Y al final, después de todo, The Magnetic Fields nos deja una puerta abierta, un silbido de confianza. Porque con su tímida alegría no logra que desaparezca la angustia. Pero si nos incita a buscar en nosotros mismos para saber como evitarla.
Es la primera vez que vengo a esta playa
(…) Primero quedamos en que Holiday iba a estar listo en una semana. Cuando llego la hora…
-El ploglama lento, lento… no responde- me decía el chino de vestimenta occidental que había instalado el cyber en diagonal 80.
- ¿En diez o quince días le parece?
- Palece, palece… no entende.
- El disco de Magnetic fields ¿se acuerda?
- Ahh, malnetic, si (el olor a incienso me estaba quemando los pulmones)
Pasaron los días y la agilidad tecnológica oriental comenzaba a desmitificarse.
-¿No esta? Bueno…
- Ploglama lento, lento
- El Tao, el Tao, Lao Tse (ahora me entiende) Chau nos vemos -le digo-.
Hasta que di con el sitio indicado pasaron algunos días. ¿El lugar? Un sombrío espacio de alfombras deshechas ubicado en calle 56. Cualquier disco por extraño que sea, podía ser bajado allí a un módico precio.
Que bueno es volver a los años ’20 sin moverse del lugar, sin salir de la vieja poltrona. BBC Radiophonic Workshop es puro sonido. Arranca Holiday con una introducción-cóctel para una Josephine Baker computarizada.
A ver. Existen dos tipos de rarezas musicales. Aquellas que, por decirlo de algún modo, viven dentro de un ecosistema determinado y las que sobreviven fuera. Strange powers, al igual que su video, parece pertenecer a la segunda porque te deja sin reacción, perplejo.
La cuestión del Quid.
Desert island suena como si estuviera tocada en vivo y con desperfectos en los cables, en el tablero, en los instrumentos. O como si la escucharas desde una terraza ubicada a media cuadra del teatro en donde los magnéticos están rodando. Un efecto bullicioso, una meseta confusa para una melodía adhesiva y tonificante.
Nueva York y Londres se unen para dar vida a dos temas tapizados con algodones similares a nubes naranjas, azules y verdes. Una panorámica especial para cuando atardece y un robot tan sensible como la región del imán que atrae a las partículas de hierro. Las magnetitas son Tom green velvet eyes y The flowers she sent and the flowers she say she sent.
Encontré en un bolsón tres tapes y un par de polainas con perfume de los años ’80. Arriba del escenario un grupo de gimnastas, recrean Deep sea diving suit y Swingin London, animados por el espíritu, porque no, de Luigi Pirandello.
Holiday (1993) siempre nos hace volver para deleitarnos con “Poderes extraños”. Casi de la misma forma en que The pleasure of principle (1979) de Gary Numan, nos arrastraría para pegarnos a Cars. Aunque después nos demos cuenta de que hay mas fruta abrillantada detrás de estas canciones poderosas.
Nada mejor que un par de zancos
No hay hormigas en el postre. Con Get lost (1995) Merrit parece haber cruzado la gran agua. El disco es elegido por la crítica especializada como la mejor producción independiente de ese año.
Las canciones están más pulidas, mejor codificadas. Digamos que podría ser la mejor carta de presentación de grupo (un sonido más limpio, con más aire, aire plumífero). Hay un guiño sutil hacia el público, una mirada cómplice. Por eso entramos sin inconvenientes a la fiesta (parece que ahora estamos anotados en la lista de invitados).
Si querés ser famoso y experimentar el trajín diario de una estrella del under, subite a Famous. La parada y el destino corren por tu cuenta.
Ayer se produjo un aterrizaje voluntario en la luna para experimentar el néctar de la creación, después de haber concretado un proyecto que comenzó siendo algo difuso.
- “Con destino a la tierra parte del anden numero 5…”
Una azafata ¿francesa? Nos recuerda que la estadía en la grandiosa estrella ha finalizado.
-Ya subo, un minuto más…
-Smoke and Mirrors, me dice.
Justo ahí, como si no tuviera control de mi cuerpo, experimento una ascensión muy especial. En medio de espirales de varios colores, veo como una cantidad tonélica de papel picado (Plateado) va cayendo desde la boca de algún planeta, ubicado por encima de mi cabeza.
¡Canción cenit!
Claro que lo es.
Anoto en una libretita de 50 centavos Save the secret for the moon. Hago movimientos con los brazos. Son las 4 a.m. Estoy flotando.
Cuando una hélice se enciende, es verano y el mono fásico trepa por las lianas.
-¿A sí?
-Claro, respondo. No ve que esta sonando Love ligther than air.
-Yo no escucho nada.
… y yo me impregno de una alegría triste, fluorescente.
Me olvide algo. ¿eh? Si. En 1993 la banda edita un disco mortecino, críptico.
Su nombre es The charm of the highway strip. Es el primer Road álbum que haya conocido hasta el momento.
Hay algo que me hace pensar en una conexión con el film Carretera perdida de David Lynch. No se.
Durante cada canción percibo algunos destellos. Rapidísimos. Y otra vez a oscuras. Son las luces delanteras de los vehículos que pasan a más de 200 Km. por hora.
¿Qué mas queda?. Reparar en pequeñas obras maestras como Lonely highway, Born in a train, I have the moon y Two characters in search of a country song. Distintos poblados intermedios, distintas ciudades. “Los autos sufren cuando los días cuajan”, susurro al volante.
Botiquín
Alguna vez dije que el disco triple 69 love songs (2000), me parecía el mejor trabajo de la historia de la música.
-¿No le parece a usted demasiado exagerado?
-Mmm, no. Todavía lo sigo sosteniendo señor antifaz.
En las sesenta y nueve posibilidades del amor no se registra ninguna similitud, excepto una única palabra. Cuatro letras. Porque para el asombro de todos nosotros, cada canción es muy distinta de la otra.
La genialidad en la cúspide. La independencia siempre va pegada a la imaginación.
- ¿Qué hacer ante un disco tan voluminoso?
- Meter todos los temas en una bolsa de consorcio y sacar algunos al azar (falso).
El sentido folklore de Absolutely cuckoo es la bolilla A del volumen 1. Una tarde de campo con empanadas criollas y un baile con pañuelos blancos al aire para cualquier feriado. Es un homenaje de Merrit a la patria gaucha.
Me gustaría hacer el ridículo en un bar, disfrazado de vaquero culto con botas texanas color naranja. Pasos a la izquierda y a la derecha. Movimientos muy ocurrentes (para la carcajada o para un capitulo de La risa de Bergson). El ticket se vende con la leyenda A chiken with its head cut off o The luckiest guy on the lower east side. Las entradas están en venta en todas las boleterias.
Fido, your leash is too long, reproduce el sonido kinético de un dedo mojado refregado sobre el vidrio. Hasta Hammelin sin su flauta encanta y hace mover a las serpientes.
Creo que se puede ser tan melodramático como la interpretación de Roses, aunque muy pocos puedan permitirse ese lujo en un álbum tan lujoso. Así arranca el volumen 2, con lágrimas infames y haciendo caer los dientes permanentes de quien decida cantar este tema.
Siempre al borde del ridículo, ingreso a un boliche con sillones triangulares de jackard que rodean la pista. Allí me muevo con Long forgotten fayretale. Todos se ríen. Yo aplaudo.
- ¡Así se habla!
- ¿Tenés hambre?
Comí un pastel de membrillo para alegrar la tarde y no hubo caso. Quise cambiar de animo con The sun goes down and the world goes dancing… y casi lo logro.
Bolilla A del volumen 3. Ahora soy yo el que dice ¡No entende! Tanta delicadeza para una canción tan respira y como si fuera poco, cantada parcialmente en francés.
Me sigo sorprendiendo.
Me sorprende Underwear.
¿Qué les parecería un electro-reggae del altiplano? (con gorritos coya y todo, los que no tienen pompón). Me mareo pero no importa la altura porque todo confluye en un ambiente de extrema tranquilidad. It's A Crime.
Prosigo con la bolilla C. Es un tema ideal de bajos lingüistas colmado de signos crispados. Las cuatro cuerdas cobran protagonismo en The death of Ferdinand De Saussure.
Escribo con mayúsculas Meaningless mientras me deleito con la melancolía de algún lugar lejano. Yeah! Oh, yeah, cantan a duo Claudia Gonson y Stephen Merrit.
69 love songs. Cosas que dice esta gente.
69 love songs. Un alfajor guiness con tres tapas de hojaldre.
-¿Hace falta que digas todo esto?
-No. Es simplemente un vicio.
-¿Qué te puedo decir?
Podes ser atraído o repelido por la banda, depende de que tipo de metal seas.
-No. Es simplemente un vicio.
-¿Qué te puedo decir?
Podes ser atraído o repelido por la banda, depende de que tipo de metal seas.
23 comentarios:
genial!! magnetica, poética y audaz
manera de hacer percibir el magnetismo de magnetic fields...
tan magnética como los imanes de los chinos poco tecnológicos de diagonal 80.
saludos y felicitaciones!!
Soy el hombre de hierro por el efecto que me produjo la maravillosa musica de la banda. Y encima acaban de editar DISTORSION ... Un gran disco...
Grande.
Daro
Hola Dario!
Greetings from Scotland!
I've recently been to a couple of fantastic gigs as part of Celtic Connections 2008 and was thinking of you!
saludos
Un bracio
DAVID
Voy a ver qué tanto de metal hay en mi. Estoy bajando Get lost y Distorsion y ya tengo 69 love songs.
Qué bueno leer algo nuevo de ti Daro.
Saludos.
i agree,
escribime a mi correo tengo una curiosidad.
Asombrosos textos todos.
Aguante Falcón.
David
Que bueno esto del festival celta, me hubiera gustado estar en alguna fecha!!!
Saludos por aquellas remotas tierras.
Daro
Hey mefistum, estoy seguro de que vas a hacer contacto con GET LOST, espero no me equivoque.
Veremos cuantos hombres de hierro hay.
Daro
A ver cual es tu curiosidad...
Un halago, viniendo de su parte Srta. Victoria.
Y a ver cuando le hace algun cariño a su blog...
Daro
Gracias x pasarte x mi blog
Saludos Nico!! Seguire pasando
Daro
wenas¡¡ me gustaria mas q me llamases Ana, no x nada en concreto no me importa lo q ocurre q Nicolasa = nico es de un apodo q solo me llama una amiga y me gustaria q siguiese asi, pero no me molesta jeje
y nada mas solo era eso jeje
mi email es anamaria363@hotmail.com
Hace algun tiempo que sigo a la banda, "I may" es uno de los discos que mas he oido los ultimos meses (lo cual es mucho decir en esta epoca de exuberante abundancia donde a veces estas tan lleno de material que nisiquiera alcanzas a oirlo todo)...Distortion lo escuchè una sola vez y no lo encontrè a la altura . Me recordò Cuando R.E.M sacò el eslendido"automatic for the people" y despues "monster" un fenomeno parecido.Quizas la sensacion de que acustico es mejor que electrico...no lo se ....
Saludos y gracias por tu comentario.
Enver(el melomano volador)
Ok N... de ahora en adelante voy a llamarte Ana. Aunque preferiria llamarte por el diminutivo si no te molesta.
Slds
D
La verdad Enver...no se. Me parece que The magnetic fields produce un efecto extraño con cada uno de sus discos.En cuanto a Distortion creo que la eleccion estetica o simplemente su forma, es una mera excusa para rescatar muy lindas canciones detras de esa gran pared distorsiva.
Habria que ir un poquito mas alla. Como atravezar sin paraguas y con piloto una tormenta hasta llegar al otro lado...justo ahi donde las cosas estan mas calmas.
Un abrazo
Daro
La verdad q no hay nada importante q me motivase para entrar a estudiar anatomia... simplemente fue q al no tener baxiller y tener un ciclo formativo de grado medio para poder acceder a la universidad la unica opcion q me qedaba era la de hacer un ciclo de grado superior; y de todos los ciclos q hay el q mas se asemejaba a lo q en un futuro qiero hacer era este.
Aunq yo entre teniendo unas ideas sobre este ciclo q ahora me doy cuenta q nada q ver, pero en fin 1 trimestre mas y 6 meses de practicas y me lo qito de encima.
Q rollazo t acabo de soltar XD
Xaito cuidat
Ahora viendo los comentarios de tu blog, leo uno tuyo en contestacion a lo de Nico...
Sin problemas si prefieres llamarme Nico no importa, lo q sucede esq toy acostumbrada a q solo me llame asi una amiga, pero sin problemas jeje
xao cuidat
o.k . lo dije que era la primera impresion ,pues lo escuchè solo una vez ...me recordò mucho a The Jesus and mary chain ,Grupo que en el pasado escuchè hasta el cansancio ...Melodias a la beach boys y un muro de noise ....A proposito Dicen que My Bloody Valentine va a sacar su tercer disco...y dicen que esta vez es cierto ...
Bueno un abrazo a ti tambien .Ya te linkeè .Ahora te toca.
Saluti.
Bien entonces cambiamos por Nico
Daro
Buena ventura Enver Melis, si no tengo mal entendido el cantante de My bloody Valentine quedo bastante prendado con la musica de nuestros queridos amigos The Go! Team
Saludos
Ahora te anoto
Daro
alo dario
nos conhecemos?
do i know u?
eugenia
Hola eugenia
No nos conocemos. Me llamo mucho la atencion
el colorido de tus pinturas
Saludos
Daro
Publicar un comentario